Los retos y desafíos de la industria turística en el año 2015

Con las últimas estadísticas sobre la llegada de turistas internacionales a nuestro país durante el año pasado, que indican un aumento del 2,4% respecto al 2013, surgen planteamientos respecto a cómo se prepara la industria para atender y entregar experiencias memorables a consumidores cada vez más exigentes y preparados.

Para hablar de turismo, tema obligado son datos estadísticos respecto a la llegada de turistas internacionales, como a la vez, señalar el movimiento del turismo interno, lo que permite establecer una base respecto a la importancia de dicha industria muchas veces desconocida o incomprendida.

Durante el 2014, Chile tuvo 3,5 millones de llegadas de turistas internacionales, respecto al turismo interno, se estima para el presente año un crecimiento aproximado del 5%, resultando en 9,6 millones de viajes por el propio país.

La encuesta “Previsiones para el verano 2015”, elaborada por la Federación de Empresas de Turismo de Chile, FEDETUR, señala que los empresarios prevén que el turismo receptivo (48%) y el turismo interno (52%) se comportarán igual al verano de 2014, un 30% cree que será  mejor y un 20% cree que será peor.

Pero todos estos datos entregados por el Servicio Nacional de Turismo no cumplen ninguna función si los profesionales, estudiantes y empresarios del área no saben interpretarlos de la manera correcta y orientan sus acciones a mantener y aumentar dichos números, es así como cumple un rol esencial en el desarrollo turístico de cualquier destino, estar al tanto de las nuevas tendencias globales y locales, que se presentan como verdaderos desafíos para lograr la satisfacción de los cada vez más exigentes turistas nacionales e internacionales, que ya no solo buscan el tradicional turismo de postal, sino que se encuentran a la caza de verdaderas experiencias turísticas que se transformen en recuerdos y sensaciones únicas de sus vidas.

Entre estas tendencias, varios especialistas ya vaticinan que el 2015 para el turismo en general será un año de grandes desafíos, entre los cuales destacan:

• Enseñarle al turista a redescubrir sus regiones y entornos más cercanos, es decir, un turismo más local.
• Mezclar segmentos y hacer una especie de cross, porque muchos destinos se especializan solamente en una cosa y entonces cuando una familia realiza un viaje sólo uno se divierte, mientras que los demás integrantes se mueren de aburrimiento.
• Rediseñar una estrategia que vuelva a hacer que la gente quiera viajar sin preocuparse tanto.
• Tomar en cuenta que la gente está consumiendo más a través de Internet; desde la etapa previa como establece Google en las 5 etapas del viajero social, como lo es soñar y planificar el próximo viaje, hasta el compartir en tiempo real a través de las diversas redes sociales de lo que se está viviendo/disfrutando.
• Generar más alianzas estratégicas entre los diversos actores de la industria.
• Reconocer que vendemos sentimientos, sensaciones, experiencias y recuerdos, lo que implican un mayor grado de especialización en los prestadores de servicios y productos turísticos, como en todos los agentes relacionados directa e indirectamente con esto.

Chile enfoca sus esfuerzos promocionales en 12 mercados prioritarios (Brasil, Argentina, Estados Unidos, Alemania, Francia, Australia, España, Inglaterra, Colombia, Perú, México y Canadá), y promueve sus atractivos a través de seis experiencias: Aventura y Deporte, Cultura y Patrimonio, Sabores y Vino, Vida Urbana, Salud y Bienestar, Astronomía; y Naturaleza.

Los retos entonces de la industria, en especial de los nuevos profesionales del área, es conocer y enfocarse en como generar nuevas o mejores experiencias que cumplan con las motivaciones y necesidades de los actuales y potenciales visitantes, tarea no menor producto de la necesidad de contar con una permanente especialización y comprensión de la industria.

En su estudio “Volando al futuro” la consultora tecnológica SITA ha identificado las cuatro grandes tendencias tecnológicas que transformarán no sólo la forma cómo los pasajeros aéreos compran sus servicios de viajes sino cómo vivirán su experiencia a través del autoservicio a lo largo de su vuelo, tendencias que serán observadas en todos los componentes del sistema turístico, no siendo exclusivas para el transporte aéreo.

Estas cuatro tendencias identificadas en el estudio son:

1. El comportamiento de compra habrá cambiado. El documento apunta estar muy atentos al creciente impacto de la web, los dispositivos móviles inteligentes y las redes sociales. Las empresas turísticas esperan que la web y el teléfono móvil sean los dos principales canales de venta. "Los viajeros desean una experiencia de compra más personalizada y la industria está respondiendo". La personalización y la sensibilidad al contexto serán fundamentales.
   
   
2. Los pasajeros quieren tener un mayor control sobre su experiencia de viaje a través del auto-servicio. SITA prevé que, en 2015, el 90% de las aerolíneas ofrecerá el check-in a través del móvil partiendo del 50% actual. Las innovaciones en aplicaciones para los móviles como le “passbook” de Apple y el surgimiento de Near Field Communication (NFC) se unirán a los avances en los sistemas de equipaje y portones automatizados para agilizar el proceso de viaje. Los pasajeros podrán utilizar tarjetas de embarque en 2D o tecnología sin contacto, como Near Field Communications en sus teléfonos, en diferentes etapas del viaje, así como en las puertas de embarque, zonas de seguridad de la vía rápida y para acceder a los salones de pasajeros Premium.
   
   
3. Los servicios de atención al cliente estarán en los móviles y las redes sociales. Los aeropuertos aspiran a proporcionar información del viaje en tiempo real. La industria turística en general también está explorando aplicaciones para mejorar la experiencia del cliente. 
   
   
4. Mejor conocimiento del cliente y del negocio será esencial. La experiencia de los viajeros mejorará gracias a una mejor inteligencia de negocios.

A todo esto podemos denominarlo como la nueva era del turismo, donde las tecnologías son ingrediente principal, lo que se ha traducido en nuevos consumidores, mucho más informados y preparados para un viaje de larga o corta distancia, con más experiencia previa, nuevas prioridades, más conciencia ecológica, variedad de motivaciones, búsqueda de nuevas experiencias, exigen atención personalizada, mejor calidad servicios, piden más posibilidades de elección, más flexibilidad en los itinerarios y más autenticidad.